miércoles, 16 de junio de 2010

Frum, Luis. Hacia una Metodología de la Integración. Primera Parte. Argentina, 1970.

Frum, Luis. Hacia una Metodología de la Integración. Primera Parte. Argentina, 1970.

HACIA UNA METODOLOGIA DE LA INTEGRACION


Primera Parte

Luis María Früm

Cuando tenemos una idea, valiosa o no, el principal problema que enfrentamos, es el de expresarla. Si tuviéramos un mayor dominio del lenguaje, posiblemente las ciencias estarían mas desarrolladas, porque como dijo Confucio: “Si el lenguaje no es correcto, lo que se dice no es lo que se significa; si lo que se dice no es lo que se significa, lo que debe ser hecho, queda sin hacer”.

El problema de los conceptos y lo que quieren decir, logran en determinados asuntos, dominarnos de tal forma, que usamos las palabras sin una adecuada meditación y hacemos uso de la bibliografía, que no es más que las palabras de otros, sin saber qué significan.

Demócrito decía: "Las palabras son las sombras de las cosas" y, efectivamente, un singular número de palabras que nos han enseñado, encubren con un manto de nombres, nuestro entendimiento.

Por ésta razón, para decir lo que estimo, mi opinión (respetable y discutible), he tratado de reducir el máximo la consulta bibliográfica, para obligarme a aguzar mi imaginación y dar respuesta a mis dudas.

Creo que valen para mi proceder, las palabras de Descartes, en su "Discurso sobre el Método", cuando dice: "Me propuse arrancar de mi espíritu todas las ideas que me enseñaron, para sustituirlas con otras si mi razón las rechazaba, o para refirmarme en ellas si las encontraba a su nivel. Creía firmemente que, por este medio, obtendría mejores resultados que edificando sobre viejos fundamentos y apoyándome en principios aprendidos en mi juventud, sin examinar si eran verdaderos”.

Creo que los conocimientos, tanto científicos, vulgares o filosóficos, van ingresando en nosotros y tomando una forma única e indivisible, que nos instrumenta para la vida, porque en un proceso mental, todos cumplen una función especifica pero unidos. En este momento, los conocimientos que tengo de la escritura, del uso de la máquina de escribir y mis pensamientos, configuran una UNIDAD.

Esa unidad, esa forma única, esa acción de armonizar una serie de partes en un sólo elemento coherente, que no es una simple suma de partes, sino algo nuevo y distinto, a eso que da una estructura equilibrada y dinámica, lo llamo INTEGRACION

Pero debo tener en cuenta, además, que tanto mis conocimientos como yo mismo, se sitúan en un medio, en un marco de referencias. Soy hombre en cuanto convivo con otros hombres, por lo que: mi integración será en la medida en que está integrado a ese medio.

En un primer momento, confundí integración con AJUSTE y con ACOMODACION, entendida como una postura adecuada con el lugar, pero salí de mi equívoco al comprender que el medio no está ajustado, que las partes que lo componen no estan desajustadas; ajustarme a lo alienado es alienante y deduje que no podía ser integración. Como ser humano, recibo los efectos de ese desajuste, que me perjudica a mí como unidad. Pero me afecta también el desajuste de los demás, por los demás en sí y porque yo puedo ser más en cuanto los demás lo sean. Estoy tal vez integrado al desajuste y no puedo ni debo "acomodarme" sin afectar a los demás; y, en definitiva, a mí mismo.

¿Cómo lograr romper ese círculo vicioso y buscar el camino para una real integración?.

Cómo ser una unidad y, sin dejar de serlo, participar de la configuración de una unidad mayor?.

Comprendí entonces que, en realidad, mis conocimientos de las cosas, están "juntados", pero no integrados.

Hace unos trescientos años Descartes dijo en la regla IV de su tratado: "La Dirección del Espíritu", refiriéndose a métodos: "Reglas ciertas y fáciles, gracias a las cuales, quien las observe exactamente, no tomará nunca lo falso por verdadero y llegará, sin gastar inútilmente esfuerzo alguno de su espíritu, sino aumentándolo siempre, gradualmente, su ciencia, al verdadero conocimiento de todo aquello que sea capaz". Si mi función en el medio es la de hacer Trabajo Social, es necesario determinar una metodología de la integración, es decir una serie de pasos, para llegar a configurar una unidad coherente de conocimiento, como base fundamental para comprender al medio y planificar una acción, que permita que, todas sus partes, se superen y, a su vez, se integren en una estructura armónica y gratificante.

Uno de los problemas fundamentales aún no resuelto en materia de Trabajo Social, es el que hace a la integración. Este enunciado, muy general por cierto, puede ser encarado y analizado esquemáticamente partiendo de la base de que la desintegración (concepto opuesto de integración) se da en diversos niveles del Servicio Social. Veamos que se quiere decir con eso.

El Asistente Social ya formado, el que es como profesar o supervisor un formador, o el que como estudiante está en formación, es un ser humano. Es decir un individuo que, se supone, forma porte de una sociedad. Esa sociedad, por la influencia demográfica y tecnológica, ha entrado en lo que es dado en llamar "la revolución de las expectativas crecientes". En ella, se ha producido un cambio y no es la misma de un momento dado anterior, al momento actual. Sin entrar en apreciaciones éticas y filosóficas, en cuanto a la calidad de ese cambio, el hecho es que ES DISTINTO; y los seres humanos, en nuestro caso particular, asistentes sociales, no están insertos armónicamente en el me dio, por lo cual, no está integrado a él, ergo están desintegrados.

Cuando una parte de un todo no se integra armónicamente, tratará intuitivamente de buscar una postura adecuada. Pueden darse dos variantes: que esta desintegrado y tome conciencia de ello, con lo que tratará de acelerar el proceso de su integración; o que no lo sepa y se crea integrado, siendo entonces el medio el que, imposibilitado de integrarse a sólo una parte, la sustituya o elimine. Esto puede parecer simple literatura, pero cualquiera de nosotros que tenga conciencia de su situación, sabe que el Servicio Social, como parte de la sociedad, no ha logrado una identidad claramente establecida.

Si partimos de internalizar la existencia de una desintegración o, si es menos doloroso, de falta de integración, podemos entrar a analizar por partes, algunas de las características de la misma. Para facilitar el trabajo, podemos dedicarnos a analizar el rol asistente social, ya que es adquirido y muy especifico. Tarea mas sencilla que la de realizar el rol individuo, que por adscrito y muy general, nos obligaría a tocar aspectos filosóficos de muy compleja estructura.

Si la desintegración es un efecto, debemos buscar las causas que lo motivan, formulándonos una duda base: si el asistente social no está integrado, si ese rol es adquirido, si la adquisición se hace a través de un mecanismo que llamamos formación, si esa formación incluye una serie de conocimientos, ¿NO EXISTIRA UNA DESINTEGRACION EN LA FORMA EN QUE ESOS CONOCIMIENTOS SON IMPARTIDOS?.

Existen dos posibilidades: que lo dicho sean afirmaciones y, como tales, corroboradas por los hechos, o lo dicha sean hipótesis; es decir, una suposición más o menos verosímil, que implica la necesidad de corroboración en los hechos. Corroborada, se convertirá en tesis, y rechazada, nos obligará a buscar otras hipótesis más verosímiles que, como todo conocimiento reflexivo, nos lleve a la verdad.

A modo de elaboración de un marco teórico, hagamos algunas reflexiones: Para ser trabajador social, se necesita una serie de conocimientos; en esto, creo al menos, estamos todos de acuerdo. Tomando el conocimiento como cosa, puede decirse que tiene atributos de cantidad y calidad. No existe un límite definido, en cuanto a estos aspectos; por lo menos, no son medibles con patrones clásicos, tales como une escala de razones o cocientes. Pero una escala jerárquica, nos da un punto arbitrario de partida o cero, y una relación de igualdad o desigualdad. Usándola, podremos dar un límite inferior (o mínimo), para decir: conociendo hasta aquí se está instrumentado para jugar el rol de asistente social; de allí en adelante, jugará el mejoramiento individual, y hará a la jerarquía de cada unidad en particular. Si aceptamos esta reflexión, nos debemos preguntar:

¿CUAL ES EL LIMITE MINIMO QUE ASEGURE ESA INSTRUMENTACION?

Nos estamos refiriendo específicamente a CANTIDAD. Traducido este aspecto a aquellos medibles con escalas más conocidas, diríamos: cantidad de horas dedicadas a cada conocimiento; sumando esas horas, hablaríamos de años, dedicados a conocer; y perfilaríamos así, los años de la carrera, en distintos lugares. Surgiendo nuevos interrogantes: ¿El mínimo se traduce en: dos, tres, cuatro, cinco o más años?

El que dedicó cuatro, sabe MAS que el que dedicó TRES?. ¿Puede ser que por saber más, el rol se diversifique y no sea uno, sino varios?

¿A cuál corresponde la denominación de Trabajador Social?

Podremos usar números ordinales y decir, Asistente Social de primera, de segunda, de tercera, etc.?

Qué cantidad de conocimientos nos acerca más a la integración con el medio?

Pero detengámonos ante tantas dudas. No dejemos que el conocimiento, que pretendemos sea científico, se impregne de subjetividad. Utilicemos una actitud práctica, dejando el problema por un momento. Veamos qué pasa en cuanto a CALIDAD.

Medir calidad de conocimiento es mucho más difícil aún que medir cantidad. Los conocimientos de un asistente social están estrechamente referidos a las llamadas ciencias sociales, muy nuevas aún, con cuerpos de teorías aún no desarrollados, por lo que el Servicio Social adolece de falta de un cuerpo coherente y operativo de teoría, resultando muy impreciso definir calidad.

Si se tratara de ciencias exactas, un matemático por ejemplo, diríamos que si sabe que dos más dos es cuatro, su conocimiento es de buena calidad, pero ¿cómo podemos determinar la calidad de los conocimientos de psicología de una escuela psicológica, con otra?.

Los conocimientos de sociología a de antropología de un asistente social son de mayor o menor calidad que el de otro colega?

¿0 son de igual calidad en diferentes conocimientos?

Si estas dudas son válidas se complican más aún, profundizando el análisis referido al ORDEN en que esos conocimientos son recibidos, prescindiendo de cantidad y calidad.

La asimilación de conocimientos y su mejor captación, están muy ligados al ORDEN en que sean recibidos.

Para comprender una ciencia, es necesario saber qué es el conocimiento científico y qué es ciencia. Para comprender la patología psíquica es necesario saber primero qué es la psiquis y la normalidad psíquica, y podríamos continuar dando ejemplos de un cierto orden lógico para la mejor asimilación de conocimientos.

Sí aceptamos esta premisa:

¿POR QUE NO HAY DOS PRORAMAS IGUALES EN LO QUE A ORDEN DE MATERIAS SE REFIERE, EN LOS CENTROS DE FORMACION DE ASISTENTES SOCIALES?.

Supongamos que alguna escuela tenga un ordenamiento lógico de su programa, que pudiéramos considerar óptimo. Desde el momento en que existen programas diferentes, surgen dos posibilidades:

1) Que al ser diferentes del considerado lógico, SEAN ILOGICOS. Por lo tanto, no ayuden a la integración.

2) Que sean también lógicos. Entonces, el orden de las materias, no influye y nuestra premisa debe ser rechazada.

Para mostrar la desintegración en otro nivel, podemos mencionar el problema que hace a la administración de la formación. Si un estudiante se está formando en un centro de determinada localidad y por razones personales debe ir a vivir a otro lugar, donde también haya una escuela de Servicio Social, se encontrará que, para formarse EN LO MISMO, tiene problemas, dado que la cantidad, la calidad y el orden son diferentes y lo que ya asimiló (tradúzcase aprobó) no se enseña en el nuevo lugar y se encuentra administrativamente desintegrado.

Como vamos viendo, algo no anda bien, algo está desajustado, algo NO ESTA INTEGRADO.

Debemos tratar entonces de determinar: QUE HAY QUE INTEGRAR Y COMO IN TEGRARLO.

El profesional de Trabajo Social, debe ser integrado en su preparación para que, como parte, se integre a su vez en el medio.

La integración, en lo que hace a la formación del trabajador social, debe efectuarse en una micro-dimensión, para que luego coherentemente, se integre en una macro-dimensión.

Qué entendemos por micro-dimensión: cada unidad de formación, cada centro de asimilación de conocimientos (llámese escuela, instituto, facultad, etc.).

Qué entendemos por macro-dimensión: la totalidad de esos centros, es decir, la unidad formadora de profesionales, vista por el medio.

Analicemos la problemática de la micro-dimensión: qué hay que enseñar, y cuánto hay que enseñar.

Cada uno de estos interrogantes debe ser motivo de un estudio específico e integrado por los otros dos, y es fundamental tener presente que constituyen un desafío de plena vigencia en el cual se sustenta el futuro de la profesión.

En lo que respecta a: ¿QUE HAY QUE ENSEÑAR?, podemos esquematizar sin ser excluyentes, de la siguiente manera:

El objetivo mínimo e indivisible del Servicio Social es el individuo. Pero lo natural es que el individuo siempre esté integrando grupos, conviviendo con otros y siempre dentro de una comunidad. Es más, aunque parezca simplista, el concepto Servicio Social indica que es "servir a la sociedad". Desde el momento en que existe el Servicio Social como una institución, producto de la cultura del hombre y existe un hombre que necesita de él, ya son dos partes de un todo; entonces podemos arriesgar en afirmar que el objetivo del Trabajo Social, es la sociedad o comunidad, como una unidad, y los grupos y los individuos de esos grupos son parte que, integradas, configuran esa unidad. De la misma manera que para el médico su objetivo es el hombre, como unidad, y cada órgano parte constitutiva "integrada", con funciones específicas, pero convergentes.

El todo no funciona si no funciona cada parte, pero cada parte no subsiste, si no existe el todo.
El asistente social hace únicamente Servicio Social. Dicho de otra manera, hace servicio a la comunidad. Aunque se dedique, en un momento dado, a una parte constitutiva "individuo o grupo", no puede perder de vista la integración de estos a la unidad social.

Si no existe un individuo aislado, ni un grupo aislado, sino un medio en el cual esas partes funcionan, no existe el caso social individual o el servicio social de grupo, como método.

Esta idea no es original, por cuanto los griegos en la antigüedad, Santo Tomás y hasta el poeta hablan del continente y no de la isla

PERO ¿SI NO SON METODOS, QUE SON? Y ¿CUAL ES SU RAZON DE SER?.

Si método es el modo de obrar o proceder con arreglo a un plan determinado, si es el conjunto de pasos para llegar a un fin, y el fin del asistente social es Servicio Social, ése SERIA SU METODO. Método que incluye siempre los posos: investigar-diagnosticar-tratar, dedíquese a una parte o al todo.

Pero sabemos que cuando trabaja con un individuo o con un grupo, hace algo. Efectúa un conjunto de procedimientos para lograr cumplir los tres pasos del método, y un conjunto de procedimientos de que se sirve una ciencia que se denomina TECNICA.

Técnicas que serán: entrevista, reunión, observación, registro, censo, etc. o la que estimare correspondiente en cada caso. Entonces, no existen tres métodos separados, sino UNO SOLO, que por lógica, siempre estará integrado por esas partes.

Siendo técnica, el respeto por la persona, el análisis de variables, el no juzgar, el observar, serán los procedimientos éticos y formales que configurarán las técnicas.

Cuando un profesional trabaja con varias unidades a la vez, o varios profesionales las atiendan en conjunto, no se estará hacienda una INTEGRACION METODOLOGICA, sino una INTERRELACION DE TECNICAS.

Si se trata de un solo método, debemos determinar QUÉ HAY QUE SABER para configurar un cuerpo da conocimiento que sirva de instrumento para una acción eficaz.

a) Aquellos elementos de distintas disciplinas que den respuesta al QUE y POR QUE del individuo, de los grupos y de la sociedad como un todo:

* Psicología.

* Sociología.

* Psicología social.

* Antropología.

* Economía. Etc.

b) Aquellas disciplinas que nos ayuden a comprender el COMO, CUANDO

Y CUANTO de esos elementos:

* Sociometría.

* Epistemología.

* Estadística y Demografía.

* Investigación científica.

* Organización y Administración Etc.

c) Aquellos conocimientos que nos expliquen el POR QUE DEL FUNCIONAMIENTO y LA FENOMENOLOGIA que hace a las partes y las técnicas para influir en esos fenómenos;

* Relaciones humanas.

* Dinámica de grupos.

* Pedagogía.

* Entrevista individual.

* Relaciones públicas Etc.

d) Aquellas disciplinas que nos instrumenten para que, con las técnicas mencionadas anteriormente, podamos trabajar con problemas y situaciones específicas, que afecten a las partes o al todo:

* Derecho.

* Medicina Social.

* Saneamiento ambiental Etc.

Cada uno de estos temas mencionados, constituyen la integración de subtemas que, en el orden administrativo solemos designar como “bolillas”, y que tienen un orden lógico. A su vez, cada tema forma parte de un todo y es necesario integrarlo sobre la base de un objetivo específico: Trabajo Social.

Este ordenamiento lógico nos lleva al segundo punto: CUANDO ENSEÑAR CADA COSA para su mejor valoración y para que, a su vez, nos sirvan para integrar los conocimientos que se sucederán.

Si consideramos básico aprender psicología, sociología, antropología, etc., y partimos de la base que son ciencias, resultará básico conocer qué es ciencia, qué es conocimiento científico y las técnicas para investigar y conocer. Hasta pedagógicamente, elementos como investigación bibliográfica, fichado, reglas de la actividad científica, etc., nos instrumentan para mejor aprender. Se deduce entonces que a aquellas materias que cubran estos aspectos tales como: introducción a la ciencia, técnicas de investigación, estadística, demografía, sociología, psicología, etc., deben ser impartidas en la introducción del período de aprendizaje, en los primeros cuatrimestres de la carrera.

Par otra parte, no debemos olvidar que estas disciplinas deben ir integrándose al objetivo final: el Trabajo
Social, siendo necesario entonces, introducirse en forma general, en las técnicas específicas de la profesión, los campos de acción y sus características, para que el estudiante pueda ir comprendiendo el por qué de las cosas y su utilidad.

Tal vez, una materia que brindara ese panorama podría desarrollaras en el mismo período.

Luego, y paulatinamente, integraríamos este conocimiento base, a lo que hace a la problemática en que se desenvuelve el todo y sus partes: la sicopatología, la socio patología, la economía, la política social, etc..

Dándonos luego de lleno a estudiar, sobre esas bases, los aspectos específicos que hacen a la participación del trabajador social, especializando el conocimiento de las técnicas, que hacen al trabajo con el individuo, el grupo y la comunidad., y su interrelación dinámica. El resultado de este ordenamiento sería una integración efectiva de los conocimientos necesarios al nivel teórico y, como la teoría es organizadora de hechos, podríamos entrar a trabajar con los hechos del campo práctico, medianamente seguros de efectuar prácticas basadas en conocimientos exhaustivos, que bien supervisados, se convertirán en un aprendizaje por la experiencia. Sin arriesgar a que realicemos una "experimentación" no científica y sujetos a convertirnos en "manoseadores" de nuestros semejantes.

Podemos detenernos un momento aquí y cotejar nuestros supuestos con la realidad actual.

¿Qué sucede en la mayoría de las escuelas de Servicio Social? o por lo menos, en algunas
Un estudiante aprende en el primer año, algunas de las ciencias, algunos de los instrumentos y algunos de los auxiliares de comprensión y efectúa trabajos prácticos en lo que es dado en llamar "caso social individual".

Si esto fuera válido, bueno, coherente, lógico, podría terminar allí su aprendizaje o su formación y estar habilitado para trabajar "solamente" con individuos aislados.

Tendría un título específico: tal vez “Asistente Social de individuos”, o “Asistente Social de tercera”. Para poder trabajar con grupos necesita otro año más, con otro poquito de ciencias, otro poquito de técnicas y está habilitado para esa tarea.

En otro orden de cosas: si ha pasado dos o tres años conociendo ciencias y efectuando trabajos de campo, que incluyen investigar para diagnosticar y diagnosticar para tratar, QUE LUGICA tiene que, luego de eso, recién se ponga a aprender qué es ciencia, cómo se investiga científicamente, o cuales son las reglas de la actitud científica.

Esto parece una expresión de desintegración (opuesto a integración) pero, ¿en cuántas escuelas o institutos no se enseña: técnicas de investigación, antropología, psicología social, en el segundo o tercer año, cuando ya se le han aprobado al estudiante, algunas las prácticas de trabajo con individuos y con grupos. Aprobación que, por otra parte, los habilita automáticamente, ya que no se repite la experiencia y se pasa a otro tipo de trabajo práctico.

¿COMO PODEMOS INTEGRAR EL TRABAJO DE CAMPO, SI NO ESTAN INTEGRADOS LOS CONOCIMIENTOS BASICOS, QUE CONSIDERAMOS INDISPENSABLES PARA EFECTUAR ESA TAREA DE CAMPO, CON FUNDAMENTACION CIENTIFICA?

En otro orden de cosas, ¿qué sucede con las personas que tienen a su cargo dar la formación?. ¿Los profesores que brindan los conocimientos fundamentales de cada disciplina?.

Desde el momento en que tienen un título académico que los acredita, (médico, abogado, psiquiatra, estadígrafo, etc)., debemos dar por sentado que tienen los conocimientos de su disciplina específica integrados.

Pero esa integración de una parte, está a su vez integrada con el todo, en este caso con el Trabajo Social?.

Desde el momento en que no tienen el titulo específico, podemos al menos, DUDAR. Y, si dudamos, podemos suponer que, de ser cierto, quien reciba los conocimientos, tendrá serias dificultades para integrarlos espontáneamente.

Podrá tener excelentes conocimientos de cada disciplina, en forma aislada, pero ¿cómo logrará que ese conocimiento sea integrado y operativo para su trabajo?. Un montón de poquitos no hacen un todo.

¿Cómo podemos lograr estructurarlos?

Arriesguemos dos posibilidades:

a) Que todo profesor que instrumente en una disciplina especifica, sea además, trabajador social y oriente la parte al todo. Una sociología para el Trabajo Social, una estadística para el Trabajo Social, etc.

b) Que los profesores de cada materia se integren al objetivo, a través de un programa de materias
elaboradas por el centro de estudios, los trabajadores sociales y él. Explicándosele en profundidad los fundamentos del programa, en función del objetivo integrador.

Con respecto a la primera posibilidad, podríamos suponer que es la ideal. Pero muy difícil de lograr, ya que no se ajusta a la realidad de medios. Valioso tenerla en cuenta, para cubrir en la medida de las posibilidades.

La segunda, es la que se adecua a la realidad, y es necesario efectuar planes coherentes para su logro.

Esta tarea debe estar a cargo de la dirección del instituto o escuela, y de aquellos profesionales que conozcan el objetivo final en profundidad.

Para ello, es básico que quien tenga la autoridad final y, por ende, la responsabilidad (llámese director,decano, jefe, etc.) sea indefectiblemente un profesional con título habilitante, en materia de Trabajo Social. Mal se puede integrar una estructura, si el eje de la misma, no está integrado al objetivo.

Es importante, además, tener en cuenta que se debe fijar la cantidad, la calidad y el orden de cada materia, efectuando trabajos de más amplío espectro, con los otros profesores, para evitar superposiciones, para complementar, en síntesis, para integrar el programa de estudios.

La formación de gabinetes interdisciplinarios, la discusión metódica y continuada, la elaboración de programas analíticos, la consulta y la participación activa de los estudiantes, son imperiosas necesidades para este logro.

Estos supuestos que hemos visto, hacen a la integración en la micro-dimensión. Veamos ahora, qué sucede en la macro-dimensión, es decir, en la totalidad de los centros de formación, a nivel nacional e inclusive internacional-.

A partir de la integración de un programa de formación a nivel de cada unidad, es necesario integrarlos al conjunto, logrando, no uniformidad puramente comparativa, puesto que puede haber uniformidad en la mediocridad, sino logrando armonía, entendida como la conveniente proporción y concordancia de unas cosas con otras.

Dado que, como decíamos, para que el conjunto funcione se necesita que cada parte esté en condiciones; pero el conjunto es una unidad que a su vez afecta a las partes; debemos efectuar la tarea desde las dos dimensiones, hacia un justo medio, es decir, cada escuela debe a analizar y efectuar su proyecto de programa, pero todas las escuelas, a través de la institución que las coordine, trabajar en conjunto. Especialmente, si el medio ve los resultados como producto del conjunto, en este caso, los trabajadores sociales surgen de la carrera de Trabajo Social, sin que se analice que una tiene treinta materias u otra quince, que una dure tres años en su desarrollo, y otra cuatro.

Es, además, necesario, urgente e indispensable, un organismo administrativamente ágil e instrumentado, que inspeccione y fiscalice la labor de los centros de formación, teniendo como instrumento guía, un programa científicamente preparado, a nivel nacional.

Parecería fácil lograr una metodología de la integración pero, en realidad, es muy difícil. Especialmente si los que estamos en la tarea de formar (seamos profesores o supervisores), hemos estudiado dos o tres años, y actualmente preparamos a nuevos profesionales en cuatro o cinco años.

Tenemos, cuanto menos, un déficit de cantidad, que suplimos con un aprendizaje privado, leyendo o experimentando, casi siempre sin método, y sobre las bases de una enseñanza recibida que, lamentablemente, no ha sido integrada.

Es necesario que primero hagamos un esfuerzo para capacitarnos e integrar nuestros conocimientos, instrumentándonos, para dar luego a otros futuros profesionales, conocimientos integrados. Dado que la situación se presenta como un círculo vicioso, debemos romperlo, tal vez, con un centro de formación de profesores y supervisores en Trabajo Social. Efectuando profundos y reflexivos seminarios de investigación en este campo, no "turísticos" encuentros de dos o tres días, sino programas de estudio de largo alcance.

Lejos de ello, formamos parte de los centros de estudio, que hacen el Servicio Social de nuestros países, y en vez de dedicarnos a perfeccionar nuestro conocimiento, continuamos la tarea, con buena voluntad y sin método. Mientras vemos que otros colegas "tan poco integrados como nosotros", abren escuelas y escuelitas por todos lados, sin fundamento, sin ciencia, sin lógica, ingresando a la macro-dimensión de la formación nacional en Servicio Social, para sólo aumentar la desintegración.
Para dar cohesión a la macro-dimensión, es necesario empezar ya un intercambio activo de programas, de ordenamiento y contenido de los mismos, de bibliografía, de experiencias, de técnicas de enseñanza, etc. formándonos nosotros, para luego dar una formación integral.

Logrando un patrón único, que perfile una identidad nacional del Servicio Social, y basamentando su integración al medio.

Si se diera la integración de conocimientos, como una unión de partes constitutivas de un todo, en la misma forma que en química se elabora un compuesto, debemos pensar en que la variedad de elementos que integran el Trabajo Social, necesitarán de un agente catalizador, que en el terreno del Trabajo Social, es el AMOR AL PROJIMO.

Si realmente, tenemos amor por los demás, todo el esfuerzo que hagamos para mejorarlos y así proyectarnos como, diría Valentina M. de Ugarte, "haciendo el bien, pero haciéndolo bien", no sería un esfuerzo en vano.

No seremos técnicos sin sentimiento, pero tampoco debemos ser sentimientos sin técnica, porque el Trabajo Social es un camino que se debe efectuar con método, pero como dijo Walt Whitman: "Aquel que camina una sola legua sin amor, camina amortajado, hacia su propio funeral".

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